martes, 19 de noviembre de 2013

Estilos de Pensamiento Robert J. Sternberg - Reseña Crítica

      Es sorprendente darse cuenta de la inmensa gama de estilos de pensamiento que existen, y de la importancia que tiene cada uno de ellos en el desempeño de los seres humanos en los diferentes ámbitos y en las variadas etapas de la vida. No es muy frecuente considerar los estilos de pensamiento para tomar decisiones en cuanto al tipo de cátedra que se dará en la semana, o a la forma en la que se elegirá educar a los hijos, o en cómo se deberán propiciar las condiciones de trabajo en alguna empresa para que todos los empleados trabajen de la mejor manera.

       Hemos estudiado mucho sobre pensamiento y aprendizaje y no obstante la cantidad de teorías que se han revisado, éste aspecto se ha dejado un poco de lado. Es necesario considerar ésta teoría para poder enseñar de una manera eficaz, y empezar a analizar los estilos de pensamiento que los alumnos poseen antes de centrarnos en nuestra propia forma de enseñar, o sea, la de nuestro propio estilo. Los alumnos (y nosotros mismos) tendremos un mejor rendimiento mientras el entorno encaje mejor con nuestro estilo de pensamiento; por lo tanto debemos dejar la tradicional frase "aprende a mi manera, si a mí me resultó, ¿por qué a ti no?".

        Pero, ¿qué es un estilo? Según Sterenberg, un estilo es simplemente una manera de pensar, no es una aptitud, sino una forma preferida de utilizar las aptitudes que uno posee. Aptitud por el contrario, es qué tan bien alguien puede hacer algo. No tenemos un estilo, sino un perfil de estilos, una combinación única que nos hace ser diferentes y congeniar más con ciertas personas. No pasemos por alto que la forma en que piensan los demás puede ser tan importante como lo bien que piensan. Se aprende mejor en ciertas circunstancias, bajo ciertas condiciones y en determinados momentos, y se aprende peor en otros. En ningún momento se pone en duda la capacidad del maestro, o sus conocimientos o preparación, lo que sí es  necesario analizar es, ¿estamos considerando los diferentes estilos de pensamiento para alcanzar a todos nuestros alumnos? o ¿estamos sólo escuchando a nuestro propio estilo de pensamiento?

      Muchas veces nuestros alumnos hacen lo mejor que pueden, pero estamos tan enfocados en nuestro propio estilo, que todo lo demás nos parece incompleto, o mal hecho o simplemente no nos satisface, y es un error garrafal el no ponernos en el lugar de los alumnos, considerando sus estilos y obviamente no comprendiendo sus limitaciones para poder hacer las cosas a nuestra manera, y ayudarle a convertirlas en fortalezas, o por lo menos verlas como áreas de oportunidad tanto para ellos como para nosotros sus profesores (enseñantes). Recordemos que debemos valorar a la gente viéndola como única, para ayudarles a sacar lo mejor de ellas en la escuela (o en el trabajo) y en su vida personal. 

        Un concepto de suma importancia es la flexibilidad, para poder aceptar los diversos estilos es necesario ser flexibles, tener una mente abierta y la disposición para emitir cambios si es necesario para adaptarnos a tan variada gama de estilos de pensamiento, estoy convencida de que ésta cualidad es fundamental para nosotros como docentes para así poder situarnos en el justo medio de nuestros alumnos; es también de vital importancia para nuestro desarrollo como personas. Éste concepto lo encontramos explicado a fondo en el libro de Walter Riso, “El Poder del Pensamiento Flexible”.

       Así como en el gobierno tenemos diferentes estilos y formas, en el autogobierno mental también tenemos diversas funciones para nuestro pensamiento, y podemos tener en mayor o menor grado, alguno de ellos; existen por lo tanto, personas legislativas (prefieren hacer las cosas a su manera, decidir por sí mismos qué y cómo harán las cosas, gustan de establecer reglas y resolver problemas que no estén planteados o estructurados anteriomente.), personas ejecutivas (les gusta seguir reglas, resolver problemas previamente planteados, hacen lo que se les dice de buena manera, siguen instrucciones y órdenes.), y personas judiciales (les gusta evaluar las reglas, evaluar y analizar cosas e ideas ya existentes, hacen lo que se les dice y tratan de hacerlo bien.).

           También tenemos cuatro formas de éste autogobierno mental, cada una de ellas indicando la manera en que se aborda al mundo y sus problemas: personas monárquicas (decididas y resueltas, hacen todo por resolver un problema y siempre terminarán una tarea si se lo proponen, pueden ser personas difíciles.), personas jerárquicas (establecen prioridades, aceptan la complejidad, analizan los problemas desde varios puntos de vista, se adaptan bien a las organizaciones.), personas oligárquicas (desean hacer más de una cosa a la vez, motivadas  por varias metas, incluso contradictorias entre sí, no siempre están seguras de lo que deben realizar primero o del tiempo que deben emplear en cada tarea.), y personas anárquicas (motivadas por varias necesidades y metas difíciles de clasificar, abordan problemas de manera aleatoria, tienden a rechazar sistemas, se ponen en contra de aquel sistema que les limite.).

       De acuerdo con los niveles, alcance e inclinaciones, pueden existir personas globales (abordan cuestiones amplias y abstractas, ignoran o rechazan detalles.), personas locales (prefieren los problemas concretos, se fijan en los detalles, se orientan hacia aspectos pragmáticos y son realistas.); estos dos tipos de personas se complementan muy bien. También hay personas internas (se ocupan de asuntos en el interior, son introvertidos, distantes y no socializan mucho, les gusta trabajar solos.), personas externas (extrovertidas, sociables, orientadas hacia la gente, les gusta trabajar con otros.), personas liberales (van más allá de procedimientos y reglas, maximizan el cambio y buscan situaciones ambiguas.), y personas conservadoras (siguen procedimientos y reglas establecidas, minimizan el cambio, evitan ambigüedades,  prefieren entornos estructurados y hasta ligeramente predecibles.).

       Todos estos estilos se combinan de manera especial en cada persona y ésta combinación permite que haya una variedad de pensamiento que no debemos dejar de considerar; es ahora cuando puedo comprender por qué existen amistades y relaciones tan extrañas para algunos, por qué buscamos inconscientemente a personas que nos complementen y que parecieran tan opuestas a nuestro estilo, es ahora que comprendo la maravilla y extensión de la palabra "complemento". Es en este momento que me doy cuenta de por qué incluso no puedo congeniar al 100 por ciento con todos mis alumnos y es ahora que puedo cambiar mi manera de abordar a todos los estudiantes.

      Definitivamente no estaba tan errada al aplicar diferentes actividades dentro de mis clases, por lo general utilizo dinámicas diversas, como por ejemplo exposiciones, lecturas individuales, trabajo en equipo, lecturas grupales, ejercicios individuales de rapidez, etc., aunque considero que necesito aumentar el uso de técnicas enfocadas hacia los alumnos internos, judiciales, globales y conservadores, además de que debo considerar a mis opuestos para desarrollar sus capacidades.

 Al ser yo una combinación de estilos  LEGISLATIVO, JERÁRQUICO, OLIGÁRQUICO, LOCAL, INTERNO y LIBERAL, es de suma importancia que me dé a la tarea de complementar y modificar mi práctica docente para influenciar a un mayor porcentaje de alumnos.

             Esta modificación la tengo que llevar a cabo aún en el ámbito familiar, ahora me doy cuenta de que mis hijos también tienen un perfil distinto al mío y es mi labor trabajar con ellos y conmigo misma para proporcionarles un entorno cómodo para su desarrollo y para irles guiando y ayudando a ser mejores personas y a conocerse a ellos mismos; y no sólo con mis hijos, también con mi esposo, para así tener una mejor relación, fortalecer aquellos puntos débiles y realzar aquellos en los que estamos teniendo un buen entendimiento.  

       Para finalizar quiero comentar que para que una persona se realice completamente, debe estar situada en un entorno que favorezca su perfil de estilos de pensamiento, de esta manera habrá congruencia entre su pensamiento y el medio y así podrá mostrar y desarrollar todas sus capacidades y todo ésto le conducirá a la felicidad completa. A mí me corresponde buscar ese medio para desarrollarme, pero también propiciarlo en mi salón de clases, en mi hogar y en cada sitio en el que me desenvuelvo para ayudar a los demás a que sean felices.
     

2 comentarios:

  1. Hola Euni me gustó tu reseña muy interesante uno de los aspectos que llamo mi atención fue el de la flexibilidad porque coincido contigo que es necesario ser flexibles para comprender que todos tienen un estilo distinto de pensamiento y que esa es una cualidad básica para nosotros como docentes debemos poseer ya que nos ayuda a entender a nuestros estudiantes MUY BIEN!!!!!!!!!1

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  2. Mtra. Eunice: Comparto plenamente su conclusión, queda demostrado con el ejercicio del "Círculo mágico" realizado el miércoles en sesión que es posible que los diferentes estilos de pensamiento y sus derivaciones convivan armónicamente.

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